Cuesco de palta y cáscara de cebolla
teñir usando desechos de la cocina
Una manera fácil de comenzar con los tintes naturales es usar los desechos de la cocina. Casi siempre tengo palta y cebolla en mi cocina, y después de cocinar me quedo con material tintórea. Así ahorro dinero y tiempo en recolectar material para teñir, y reutilizo los desechos, aprovechando al máximo las frutas y verduras antes de tirarlos al compost. Estas consideraciones son importantes para mantener un enfoque en la sustentabilidad en mi práctica tintórea.
(Otra fruta que sirve como comida y materia tintórea es la granada, el sujeto del boletín de mayo (en inglés))
Es importante ser consciente del impacto ambiental y social de la comida que consumimos. Quizás no es posible siempre elegir comida que no provoca ningún efecto negativo, pero siempre trato de aprender y hacer lo que puedo. Por eso, soy consciente del impacto del cultivo de palta en la crisis hídrica en Chile central y cuando la consumo, la aprovecho al máximo, limpiando bien la cáscara para comer toda la fruta, y dejando limpio el cuesco y la cáscara para teñir.
Lavo los cuescos y cáscaras y los congelo hasta colectar suficientes para teñir. También es posible secarlos bien y guardar en una bolsa de papel. En general, con materia tintórea fresca se recomienda usar al menos 100% del peso del textil; es decir, si tienes 100 gramos de textiles, debes usar 100 gramos de material tintórea fresca. Para un proyecto personal (como una polera de algodón), yo comienzo con los desechos de 15-20 paltas.
Cuando comencé a experimentar con tintes naturales en 2016, me dio suerte en mi primer intento con las cuescas de palta y salió un “Millennial Pink” (que estaba de moda en ese momento, ahora lo pienso como un clásico). En otros intentos aprendí que obtener rosado no siempre es tan fácil, sobre todo con piedra alumbre como mordiente en lana. Este es porque el tinte de la palta viene de taninos, que crean tonos de durazno, rosado o marrón y tienden a ser más rosados en un baño levemente alcalino, y más amarillo en un baño ácido. El uso de piedra de alumbre en lana hace un baño más ácido, pero he logrado rosado en lana modificando el pH con bicarbonato.
Para lograr un color rosado, Rebeca Desnos y Kaliko comparten unos consejos que me han ayudado (links en inglés). Pero también son bonitos los colores de durazno y marrón. Con un mordiente de sulfato de fierro, el color cambia a gris violáceo. Con los tintes naturales siempre hay un elemento de sorpresa, y agradezco cualquier color que aparece.
Tengo unas poleras de algodón y lino que he teñido y re-teñido cuando empiezan a desteñir o quiero cambiarlas. Usar materiales que ya están en la cocina es una manera fácil de mantener un closet con color vivo.
La cáscara de cebolla es otro desecho de la cocina que da colores espectaculares con una pequeña cantidad. Yo guardo las cáscaras en una bolsa de papel hasta acumular la cantidad que quiero usar. Las cáscaras son muy livianas, así que se obtiene un color saturado con un 30% del peso de la fibra. La cebolla amarilla y morada sirven para teñir. Los colores que dan son distintos así que es mejor guardarlas separadas.
Los colores son sensibles al pH. Las cáscaras de cebolla morada en particular puede variar mucho debido a las antocianinas, un compuesto químico que contiene.
Me gusta ocupar cáscaras de cebolla para renovar mi ropa. También obtengo buenos resultados en las lanas de Neblina Wool. Las cáscaras de cebolla sueltan su color muy rápido y dan muchos colores diferentes así que son ideales para el estampado botánico. La cebolla es una base fundamental en la cocina, y también en mi práctica tintórea.