Los primarios antiguos: parte 1
Los tintes más antiguos conocidos, en mi jardín
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Índigo, rubia, gualda. Estas tres plantas son conocidas como “primarios antiguos” porque están entre las fuentes más usadas y más duraderas de azul, rojo y amarillo, usadas por siglos por tintoreros en todo el mundo. Este julio, tuve la oportunidad de participar en esta larga historia, trabajando con estas tres plantas y observando su crecimiento en el jardín tintóreo que mis papás sembraron para mí.



Gualda
La gualda fue la primera planta tintórea que usé. Cuando empecé a tomar interés en los tintes naturales en 2016, compré una copia de The Modern Natural Dyer y un kit que acompaña el libro, que venía con una madeja de lana bulky y un frasquito de extracto de gualda. Me acuerdo que estaba fascinada con la idea de crear el tono perfecto de amarillo que nunca podía encontrar en las tiendas de lana. Logré el color que quería y ya estaba enganchada con los tintes naturales, siguiendo con más experimentos cada vez más ambiciosos hasta… bueno, aquí estoy con mi emprendimiento. Pero nunca volví a teñir con gualda. Después de mis primeros experimentos con los extractos, pasé a trabajar con las plantas de mi entorno, y me enfocaba en trabajar con materiales que podía buscar yo mismo, sin tener que comprar extractos. Además, el amarillo es el tinte más abundante jen la naturaleza. Tengo una variedad de fuentes de amarillo natural en mi entorno, en un rango de tonos distintos, algunos más duraderos que otros, pero siempre puedo confiar que tengo acceso a un buen amarillo natural.
Pero cuando recibí unas semillas de gualda incluidas con un pedido de lana de Wool & Palette obviamente quería sembrarlas. La gualda es conocida históricamente como uno de los amarillos naturales más duraderos, y produce un amarillo claro, brillante, casi neon que es menos común en la naturaleza que los amarillos dorados o terrosos. Investigué sobre cómo cultivar la gualda, y en la primavera mis papás sembraron las semillas. Durante los primeros meses de la temporada, los resultados no eran muy impresionantes. Las semillas fueron un regalo, así que no me preocupaba mucho, pero sí esperaba ver al menos una planta. Luego, cuando llegué a visitar a mis papás en julio, empezaron a crecer muchos! La mayoría de las plantas son pequeñas aún pero han establecido una presencia definitiva en el jardín. Mis investigaciones indican que generalmente no florecen hasta el segundo año. A finales de julio algunas de las plantas ya estaban grandes pero, como esperaba, sin flores. Aunque toda la planta tiene tinte, el potencial tintóreo es más alto cuando florece. Así que no tenía planeado hacer proyectos grandes con mi gualda casera este año.






Pero no quería irme sin al menos probar mi propia gualda. A finales del mes corté unas hojas (34g) y las metí a la olla. Seguí el consejo de Catherine Ellis de agregar carbonato de calcio al tinte, considerando que tenía agua blanda. Usé unas pastillas antiácidas. Hay muchos tintes amarillos que prefieren agua levemente dura para lograr un color más saturado. Yo sabía que mis plantas aun no llegaban a potencial completo de color, y por eso no esperaba mucho de mis plantitas. El baño de tinte se veía algo débil. Sin embargo, agregué un pañuelo de seda (22g) mordentado con alumbre. Durante la primera hora en el tinte, la tela fue un amarillo pálido. Después de una hora, apagué el fuego y dejé el pañuelo en el tinte por la noche. En la mañana me desperté con esta sorpresa hermosa!
No quería botar ni una gota de color, así que metí otro pañuelo para desgastar el tinte. Salió un amarillo muy pálido que es tan sútil que casi no aparece en las fotos. Estoy enamorada de los colores y muy satisfecha con mi primer experimento con la gualda del jardín. Ahora las voy a dejar hasta el año que viene, y espero que hay más amarillos brillantes en mi futuro. Aprendí a no subestimar esta planta y dejarla el tiempo que necesite.
Rubia
La rubia tinctoria es otra planta que requiere mucha paciencia en el jardín. Mis papás plantaron unos almácigos en la primavera, pero como son las raíces de la rubia que se usan para teñir, no estará lista para cosechar hasta el tercer año en el jardín. Estas plantitas de rubia están creciendo bien en el jardín, pero todavía falta mucho tiempo para la cosecha.
Entonces para poder trabajar con rubia, compré raíces de Botanical Colors. Como la gualda, usé el extracto de rubia cuando estaba empezando con los tintes naturales, pero después no volví a usarla. Los tintes rojos verdaderos no son abundantes en la naturaleza, pero en Chile me sale más fácil encontrar la cochinilla. Además, trabajar con las raíces enteras fue un poco intimidante, es un proceso más complicado que la mayoría de las plantas tintóreas.









Tenía 200 gramos de raíces, y para empezar, las remojaba por la noche para que serían más blandas al momento de procesar. Guardé el agua que usé para remojar, y metí las raíces en una licuadora hasta que se molieron en piezas pequeñas. Coloqué las raíces molidas en una estopilla para contenerlas, para que no se mezclan entre los hilados de la lana. Luego hice una extracción “flash”- agregué agua a punto de hervir, dejé reposar por un minuto, y luego boté esa agua. La idea es que extraiga componentes tintóreos de amarillo y café, para poder lograr un rojo puro. A las raíces y el agua de remojo del día anterior, agregué agua suficiente para teñir las lanas, y calenté la olla hasta 60°, manteniendo esa temperatura por dos horas. Como la gualda, la rubia prefiere agua dura o un poco de carbonato de calcio en el baño, así que también agregué unas pastillas antiácidas. En este momento tuve que parar para almorzar y hacer unas clases de inglés, y dejé el tinte por unas horas para desarrollar el color y dejar que se enfriara.
Cuando volví, agregué dos madejas de Merino seda fingering, mordentadas con alumbre. Calenté otra vez el baño. Después de una hora, el baño se veía más anaranjado que rojo, y agregué más pastillas antiácidas para tratar de lograr un rojo. Teñí una madeja más en el mismo baño para desgastar el tinte. El tinte ya estaba más pálido, pero logré un rosado muy lindo.



Cuando saqué la tela con las raíces la dejé remojando en agua por la noche. En la mañana, se veía muy rojo el agua, y la calenté con pastillas antiácidas para extraer el color una segunda vez. Ocupé esta segunda extracción para teñir cinco pañuelos de seda (22 gramos cada uno) y logré diferentes tonos de rojo anaranjado y rosado.
Nunca logré un rojo verdadero con la rubia. Teñir un rojo verdadero con los tintes naturales es un poco complicado, tanto con la rubia como la cochinilla, y aunque lo he logrado con cochinilla es un arte que sigo practicando y esforzándome para mejorar como tintorera. No me sorprende que no lo logré en mi primera experiencia con la raíz entera de rubia. Además, me gustan los colores que obtuve. Siempre estoy modificando la cochinilla, tratando de lograr estos colores, y con la rubia lo hice sin intentar. Espero poder usar la rubia más y seguir aprendiendo para que cuando llegue el momento de cosechar la rubia del jardín, la trabajaré con confianza.

Para trajabar con la rubia y la gualda, seguía la información de A Year in Natural Dyes de la Dogwood Dyer. Es una fuente de información muy detallada sobre el cultivo y uso de plantas tintóreas.
Todavía no sé que voy a hacer con los pañuelos de seda. Los dejo como colores sólidos, o hago estampado botánico? O quizás decorarlas con bordado? De todos modos, están a la venta ahora o en su eventual versión final, y si quieres uno no dudes en escribirme en neblina.wool@gmail.com!
This newsletter is already getting long, and I have even more to say about my work with indigo, both homegrown and as a purchased pigment. So I’ll share what I learned about indigo during my July adventures in the next newsletter!
Esta edición del boletín ya es muy larga, y tengo mucho que contar sobre mi trabajo con el índigo, así que escribiré sobre el índigo en la próxima edición!
Les dejo con un último momento de color. Cuando regresé a Chile al inicio de agosto, una de mis prioridades fue ir a visitar mi flor silvestre favorita, la oxalis. Estaba feliz de encontrar varias en uno de mis lugares favoritos de recolección, y estaban llenas de abejas! Un buen recuerdo que yo no soy la única especie que depende de esta flor cada año. Me aseguré de dejar muchas flores para las otras especies que las necesitan, y agradezco que las abejas me permitieron tomar unas pocas. ¿Qué colores estás esperando en la primavera?
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