Índigo y el fracaso
no existe el fracaso, pero esperaba más de mi cuba de índigo
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Realmente creo que, con respeto a los tintes naturales, el fracaso no existe. Considero mi trabajo como la revelación y no la creación de colores, siempre que se revela un color es un éxito, sea como sea el tono, y es una experiencia de aprendizaje. Pero como tintorera intentando ser “profesional” (o al menos poder vender las lanas que tiño) y con varios años de experiencia, me esfuerzo para documentar los procesos y resultados y poder repetir1 colores. También dedico tiempo a la investigación de las plantas tintóreas, la química de los tintes naturales, y el trabajo de otras tintoreras con más experiencia y conocimiento para aprender lo más posible. Quiero que mis productos sean confiables, porque como tejedora entiendo el tiempo dedicado a tejer y quiero que el resultado sea de alta calidad y dure por años.
Considerando todo lo anterior, cuando la cuba de índio que hice la otra semana fue un fracaso total, primero pensé en nunca mencionarlo. No quería crear la impresión de que no sé cómo trabajar con el índigo. Quiero poder vender las lanas teñidas con índigo, y crear azules bellos con solidez al frotado, color uniforme, y sin daño a la lana. El índigo no es fácil en comparación con los otros tintes naturales, especialmente al trabajar con fibras proteicas como la lana, y no tengo tanta experiencia como me gustaría tener (porque es el tinte más caro de todos los que utilizo) pero cuando tengo la oportunidad de hacer una cuba me esfuerzo para tener el mejor resultado posible.
La primera vez que trabajé con índigo fue en julio del año pasado, en la casa de mis papás en Ohio en pleno verano. No había intentado trabajar con el índigo antes porque me parecía difícil, tanto el conocimiento y procedimiento tintóreo como la logística- no quería manchas azules en todas partes de mi departamento. Compré el pigmento de Botanical Colors y seguí las instrucciones en su blog para hacer la cuba y fue una experiencia maravillosa. Con una cuba de 16 litros de agua y 100 gramos de índigo, teñí 8 madejas de un azul brillante y saturado, y luego teñí 8 madejas amarillas (teñidas con cáscara de granada) para crear un verde azulado. (Después aprendí que es mejor teñir el índio primero y luego el mordiente y tinte amarillo, aunque obtuve colores bellos con ambos procesos). Probablemente podría haber teñido más con el pigmento que quedaba en la cuba , pero no tuve tiempo de teñir más en mis vacaciones. Pero con el éxito de la primera experiencia, me atreví a teñir con índigo en mi departamento en Chile, e hice otra cuba exitosa en septiembre, con temperaturas cálidas de primavera.

Para entender cómo me fue mal, primero voy a hablar de la química del teñido con índigo. Índigo, a diferencia de otros tintes naturales, es un pigmento, que quiere decir que es insoluble en agua. Antes de ocuparlo para teñir textiles, hay que hacerlo soluble en agua con una reducción química. Los ingredientes esenciales son el pigmento de índigo, un álcali que crea el ambiente necesario para la reducción, y una material de reducción que quita el oxígeno de la cuba y hace que el índigo se vuelve soluble. Una vez que sea soluble, el color puede penetrar en la estructura de la fibra. Al sacarlo de la cuba de índigo, se oxida y el índigo se vuelve insoluble otra vez, pero estará fijado dentro de la fibra. Como el agua caliente contiene menos oxígeno que el agua fría, con el agua caliente en un ambiente cálido la reducción ocurre de manera más eficiente. Creo que es por esta razón mis experimentos de verano y primavera fueron más exitosos.
Hay varias maneras de crear una cuba de índigo. Yo elegí la cuba de reducción rápida 1-2-3 (introducido por Michel Garcia) porque se prepara en poco tiempo y utiliza materiales que son seguros para trabajar en casa (con las precauciones adecuadas). Usé fructosa e hidróxido de calcio para hacer la reducción. Mezclé todas los ingredientes según las instrucciones y vi formar la “flor” de índigo, una indicación de que la reducción había ocurrido. Fue un día soleado, aunque no muy caluroso, (vivo muy cerca al mar, así que el aire siempre está fresquito), creo que la temperatura llegó a 20-23°. Apagué la cuba para que curara por la noche para aumentar la intensidad del índigo. La temperatura por la noche bajó a 12-13°, así que creo que la cuba se enfrió mucho y salió del estado de reducción. El día siguiente lo calenté otra vez, pero el pH estaba muy bajo, en 8-9 (generalmente uso un medidor de pH para tener un registro preciso, pero se cayó en la cuba y ya no funciona, y tengo que seguir con las tiritas). La cuba de índigo necesita un pH alrededor de 12 para una buena reducción. Agregué más hidróxido de calcio (no sabía cuánto echar, y mis libros de referencia tampoco indicaba una cantidad exacta, así que agregué cucharadas de uno a uno hasta que el pH se aumentó. Luego “alimenté” la cuba con más fructosa, revolvió por unos minutos, y esperaba que la cuba se balanceara. Los indicadores visuales estaban bien- la flor se formó, y el líquido debajo del superficie fue un amarillo claro, indicando que estaba en reducción. Agregué gelatina para bajar un poco el pH para proteger la lana (las fibras proteicas se dañan en un ambiente alcalino, así que después de la reducción hay que bajar el pH a 10 para teñir lana de oveja).
Las lanas salieron… no malas, pero no como esperaba. Al sacar las madejas de la cuba el color parecía fuerte, pero cuando se oxidaron quedaron un azul mediano con tonos grisáceos. El color no es feo, pero tampoco es el azul intenso que esperaba con la cantidad y buena calidad del índigo. Eché más fructosa, revolvía otra vez intentando balancear la cuba, y seguía tiñendo, tratando de profundizar el color con más baños en el índigo. El color se profundizó un poco, pero aún llevaba el tono grisáceo. Después de pasar todo el día balanceando la cuba y tiñendo, ya no me quedaba tiempo- se acabó la hora de verano la semana pasada, y con el puesto de sol temprano se finalizó mi sesión de teñido. En los días siguientes seguía calentando y balanceando la cuba, y logré unas madejas más de azul pálido, pero nunca logré revelar los azules intensos que sé que existían dentro de la cuba. Ahora, ya no queda mucho pigmento en la cuba, los días son más cortos y más fríos, y ya no hay mucha probabilidad de éxito. No puedo evitar sentir que esta cuba fue un fracaso.
Me quedo decepcionada, pero a pesar de todas mis lecturas, los tintes naturales hay que aprender haciéndolo. Documenté todo mi proceso con fotos y apuntes para entender mejor el proceso de reducción. Una lección puede ser que es mejor teñir con índigo en los días calurosos de verano. O quizás debería dejar la cuba curando por más tiempo, como las reacciones son más lentas en temperaturas más bajas. También podría intentar con otro tipo de cuba usando ingredientes diferentes, y también me pregunto si tiene que ver la calidad del agua (realmente no tengo idea, no he encontrado información respecto al agua dura con el índigo pero el agua sí afecta a otros tintes naturales). Todavía no he botado esta cuba y sigo intentando sacar un poco más color, y logré teñir 10 madejas de color azul, así que no fue un fracaso total. Los colores son bonitos, y en general me gustan los colores sutiles y complejos. Puedo apreciar los resultados aunque no son los que esperaba.
Lo que sí fue un éxito fue los huevitos de pascua con estampado botánico. Use cáscaras de cebolla, hojas de liquidámbar, flores de hibiscus y quintral. Aquí hice un reel para mostrar el proceso. Me preocupaba que el proceso de cocer a vapor resultaría en huevos demasiado cocidos, pero ayer probé uno y puedo decir que son más cocidos que generalmente prefiero pero no están malos. El próximo año los voy a cocer menos antes de teñir para tener un resultado perfecto para decoración y desayuno de Pascua.
Utilicé las mismas plantas para estampar unos pañuelos de seda que hice en 2017. Fue un trabajo de procrastinación porque tengo muchas lanas para enjuagar, pero los resultados son bonitos. Estoy pensado en llevarlos al Expo Teje y luego subirlos a la tienda.
Pronto viene el Expo Teje! Estoy muy emocionada ver y compartir con la comunidad tejeril en Chile.
También estoy pensando en ofrecer más talleres en mayo y junio en Chile. Si te interesa un taller presencial u online, cuéntame en los comentarios!
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con resultados similares, aunque colores repetidos nunca saldrán exactamente iguales